El proceso químico de la saponificación.
El jabón se forma como consecuencia de la unión entre un ácido graso y una base fuerte, formándose así una sal ácida. Esto implica que el jabón que sirve para eliminar la suciedad y la grasa proviene paradójicamente de una sustancia grasa.
El aceite quemado es un triglicérido y, por otra parte, se combina con tres moléculas de sosa cáustica o carbonato de sodio. De todo ello se obtiene un glicerol, es decir, jabón.
Elaboración casera
En la actualidad no es habitual la fabricación de jabón casero, pero hace unas décadas sí lo era. Si queremos elaborar nuestro propio jabón debemos emplear los siguientes ingredientes: aceite usado, agua destilada, un poco de sal, sosa caustica y algo de esencia.
Se mezcla el agua con la sosa cáustica en un recipiente de plástico y se remueven con una cuchara estos ingredientes hasta su completa disolución. Esta mezcla se deja enfriar durante una hora aproximadamente. A continuación, se caliente el aceite durante dos minutos. Luego la sosa obtenida se introduce en un recipiente en el cual se añade lentamente el aceite caliente y ambas sustancias se remueven.
Cuando la mezcla ya tiene consistencia, se añade sal y se remueve de nuevo. En el momento en que las sustancias adquieran una total consistencia ya se puede añadir la esencia que previamente ha sido calentada durante unos segundos.
La sustancia que se ha conseguido se coloca en un molde (por ejemplo, un brick de leche cortado por la parte superior). Una vez que el molde está relleno con la mezcla, se deja enfriar durante 24 horas. Finalmente, se puede romper el brick y extraer el jabón del molde. Como es lógico, dependiendo del tipo de molde el jabón tendrá una forma u otra.
Una sustancia con más de 3000 años
Desde un punto de vista histórico el jabón tiene más de 3000 años de antigüedad. En sus orígenes se elaboraba mezclando cenizas de madera y algún tipo de grasa animal o vegetal. Para que la sustancia jabonosa oliera mejor se añadían aceites aromáticos.
Los romanos fueron los primeros en utilizar el jabón para la higiene personal.
En la Edad Media aparecieron los primeros gremios de jaboneros en Europa. En el siglo XlX comenzó a fabricarse el jabón industrial tal y como lo conocemos en la actualidad. Fue el químico francés Louis Pasteur quien se dio cuenta de que el uso del jabón evitaba infecciones y, en consecuencia, reducía las tasas de mortalidad.
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