Jabón artesanal.
El jabón es una sustancia sólida, en polvo o líquida elaborada con la finalidad de limpiar la superficie de algún material sucio, y que se fabrica haciendo cocer hasta fundirse una mezcla de grasas vegetales o animales y aceites.
La preocupación del ser humano por la limpieza del cuerpo y de su entorno se conoce desde siempre, es por eso que la manufactura del jabón es una de las síntesis químicas más antiguas. Por ejemplo, las tribus germánicas de la época de César hervían sebo de cabra con potasa (hidróxido de potasio) que obtenían por lixiviación de las cenizas del fuego de leña.
La química moderna ha refinado las materias primas, así como la técnica, pero la fabricación del jabón es básicamente la misma que hace dos mil años: un ácido graso (de origen vegetal o animal) se combina con una solución de agua y un álcali (hidróxido de sodio o potasio) produciendo así jabón y glicerina, ésta reacción se conoce como saponificación.
Los ácidos grasos que se requieren para la fabricación del jabón se obtienen de los aceites de sebo, grasa y pescado. El jabón puede variar en su composición y en el método de su procesamiento.
Los jabones duros se fabrican con aceites y grasas que contienen un elevado porcentaje de ácidos saturados, los cuales se saponifican con hidróxido de sodio, y son los utilizados para lavar objetos y ropa. Los jabones blandos se producen con aceite de lino, aceite de semilla de algodón y aceite de pescado, y se saponifican con hidróxido de potasio, éstos son más que todo los jabones líquidos para la higiene (champú, geles, jabón y espuma de afeitar, etc.).
Tipos de jabones
- Jabones dermatológicos. Especialmente diseñados para la piel con problemas de acné o puntos negros. Sus ingredientes aportan suavidad y ayudan a cerrar los poros y a cicatrizar lesiones. De esta manera evitan también que la piel se descame.
- Jabones terapéuticos. En este caso, los ingredientes tienen partes naturales con fines medicinales para tratar enfermedades como la psoriasis y otras patologías ocasionadas por hongos. También son utilizados con frecuencia para limpiar el cutis a mayor profundidad.
- Jabones humectantes. A base de aceites y cremas para humectar la piel a profundidad. Sus ingredientes naturales casi siempre son el aceite de oliva, el aceite de almendras o las avellanas, entre otros. También suelen elaborarse con glicerina, especiales para la piel quebradiza.
- Jabones líquidos. Sus ingredientes se emplean de manera líquida para formar una loción limpiadora que brinda muchos más beneficios que la barra de jabón normal.
- Jabones neutros. No suelen tener la acción humectante en la piel. Son a base de glicerina y contrarrestan eficazmente la piel grasa.
- Jabones aromáticos. Se usan para la relajación y los ingredientes usados suelen ser aceites y esencias florales o frutales.
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